8 de noviembre de 2017

Los puentes de Jella Lempan en la Alemania de posguerra estaban hechos de libros

El próximo 4 de mayo, se presenta en el Goethe-Institut Madrid la primera edición en español de Un puente de libros infantiles, de la alemana Jella Lepman (1891-1970). Es la autobiografía de una figura referente en literatura infantil y juvenil, cuyos proyectos, llevados a cabo en la Alemania posterior a la II Guerra Mundial, sustentan hoy algunas importantes organizaciones internacionales de promoción de la literatura. Lepman escribió estas memorias en 1964.

Justo antes de la II Guerra Mundial, Jella Lepman, escritora y periodista alemana de origen judío, vio cómo ardían en la hoguera infinidad de libros: los nazis consideraban la lectura como una actividad peligrosa. Lepman huyó de Alemania con sus hijos y comenzó una nueva vida en Inglaterra. Al término de la guerra, regresó a su país para trabajar como asesora del ejército americano en la reeducación de las mujeres y los niños. 

Lepman encontró una Alemania devastada, sumida en escombros, cerrada, y comprendió la urgente necesidad de alimentar el espíritu de los niños y jóvenes, de abrir su mirada  –y su esperanza– al mundo exterior a través de los libros. “En muchos puntos alejados de la tierra, los niños sostienen los mismos libros en sus manos, encontrándose unos y otros en un puente común hecho de libros infantiles”, dice al final de sus memorias, con sus proyectos ya consolidados.

En Un puente de libros infantiles, Jella Lepman narra en primera persona sus proyectos más inolvidables: la creación de la Biblioteca Internacional de la Juventud en Múnich (1949); la fundación de la Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil IBBY (1953) –hoy presente en 77 países– y la promoción del premio Hans Christian Andersen, considerado el Nobel de la literatura para jóvenes.

La edición española, a cargo de la editorial Creotz, publica además la conferencia que el filósofo José Ortega y Gasset ofreció en Múnich en 1951, tras ser invitado por Jella Lepman a inaugurar un congreso internacional de literatura infantil. El libro está introducido por el Presidente de IBBY, Wally de Doncker, e incluye un epílogo de Christiane Raabe, Directora de la Biblioteca Internacional de la Juventud de Múnich.

En el acto de presentación del próximo día 4 participarán el director Académico de la Fundación Ortega–Marañón, Javier Zamora; el director del Goethe-Institut Madrid, Reinhardt Maiworm; la presidenta del Consejo General del Libro Infantil y Juvenil, Sara Moreno; y la crítica y experta alemana en la figura de Jella Lepman, Birgit Dankert, además de la editora.

Entendimiento internacional a través de los libros

Este volumen es la crónica apasionante de una mujer con visión, que logró contribuir, a través de la literatura, al entendimiento internacional en un momento crítico de la Historia. Cuenta con detalle su primera iniciativa: una exposición internacional de libros infantiles, llegados de numerosos países y en diferentes lenguas, que recorrió varias ciudades alemanas –aún en ruinas– en 1949. No solo fue el embrión de la mayor biblioteca internacional para niños y jóvenes que existe hoy en día, sino uno de los primeros gestos de apoyo exterior a Alemania, y un éxito rotundo de público.

Jella Lepman escribió y publicó este libro en Alemania en 1964; en 1969, vio la luz su edición inglesa, y posteriormente se tradujo a otras lenguas. Sin embargo, nunca hasta ahora se había traducido y editado en español la inspiradora autobiografía de esta mujer extraordinaria.

Además de un valioso documento histórico, que descubre no pocas escenas cotidianas de la Alemania de posguerra y alude a personajes destacados de la política, la cultura o el periodismo de aquella época –tal es el caso del propio Ortega y Gasset, con quien Lepman llegó a entablar amistad–, la edición española desvela al lector por boca de la propia Lepman cómo surgió un nuevo modelo de biblioteca infantil y juvenil, donde el objetivo era acoger a niños y jóvenes sin hogar y ofrecerles la experiencia de la lectura para crecer y abrirse al mundo.

Lepman confió completamente en la infancia:  “Dejemos que los niños pongan del derecho este mundo que se ha vuelto del revés; ellos nos mostrarán a los adultos el camino a seguir”. Perseverante e intuitiva, muy crítica con la burocracia y la falta de flexibilidad, demostró que los niños y la literatura son un tándem eficaz para acercar pueblos y ejercitar la tolerancia. Jella Lepman Murió en Zúrich (Suiza) en 1970.

El libro se distribuye ya en las librerías españolas, y en pocos meses llegará a Iberoamérica.